Viajo, luego existo.

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Viñales, destino imprescindible para disfrutar de la naturaleza

Viñales es famoso por sus formaciones rocosas, llamadas mogotes.

Llegamos en Viazul desde La Habana, los autobuses cubanos para turistas son cómodos y no demasiado viejos, aunque son muy lentos. Cuando íbamos llegando en el bus ya pudimos admirar el magnífico paisaje en el que se encuentra este pequeño pueblo, rodeado de valles y mogotes (montañas escarpadas que me recordaron mucho a las que vimos en Vanvieng, Laos).

Entrando al pueblo también nos sorprendió la cantidad de casas particulares que había (se identifican fácil porque todas tienen un símbolo azul parecido a un ancla), días más tarde nos enteramos que hay más de 700 casas particulares en un pueblo realmente pequeño.

De hecho justo antes de que el bus parara ya vimos a un grupo de mujeres esperando con carteles de casas para ofrecer a los turistas. Lo que no esperaba es que nada más bajar del autobus fuéramos recibidos por todo ese grupo de mujeres gritando y enseñándonos carteles con sus casas particulares, penoso la verdad. Nos separamos un poco de la multitud, cogimos nuestras mochilas y me puse a hablar con una de las pocas mujeres que no se había avalanzado sobre nosotros, su nombre era Alba y decidimos a ir a ver su casa, al ser temporada baja nos ofreció un precio realmente bueno (10 CUC, en temporada alta entre 20-30 CUC), además la habitación estaba nueva, limpísima y daba a un patio con un porche y con unas vistas inmejorables a los mogotes, así que ahí pasamos nuestra estancia en Viñales.

Esa tarde fuimos a recorrer el pueblo, un par de calles largas y poco más, y nos dimos cuenta de lo turístico que es, la calle principal está llena de restaurantes carísimos, y solo uno de ellos (Las Brisas) tiene comida en Moneda Nacional, esa noche la probamos y fue realmente mala, así que la mejor opción para nosotros fue comer en casa de Alba, que cocina increíble. 

 Calle paralela a la principal, llena de casas con mucho encanto. 

Plaza principal de Viñales, donde se concentra gran parte de la vida del pueblo. 

Al día siguiente nos decidimos a ir a la zona del Mural de la Prehistoria, para ver más de cerca los mogotes. De camino nos encontramos a un local con un carro a caballo y nos llevó hasta un mirador pasado el mural (por cierto el "mural" es una pared de roca enorme pintada y no vale nada), como buen cubano intentó vendernos un tour a los acuáticos (una comunidad aislada desde hace años que cree en el agua como curación de enfermedades), pero nosotros estábamos más por caminar y vaya si caminamos. Intentamos ir por los caminos que rodean a los mogotes, pero llegamos a un punto en el que nos fue imposible seguir, estaba todo demasiado embarrado, así que nos dimos media vuelta y volvimos por la carretera al pueblo después de casi 3 horas caminando. 

El resto del día lo invertimos en descansar, disfrutar de la tranquilidad del pueblo y conectarnos a internet en la plaza (con las tarjetas Nauta que ya os contamos en el anterior post de La Habana). A última hora de la tarde fuimos a pasear adentrándonos un poco en el valle, y fuimos a parar por casualidad a la finca de Raúl Reyes, este hombre nos gustó desde el principio, tiene una gran finca donde cultiva tabaco, café, malanga (algo parecido a la yuca), chiles, bananas, piñas, mangos... y un sinfín de cosas más. Y lo mejor es que de manera gratuita él te explica un poco todo lo que cultivan y te invita a recorrer su finca, también puedes probar sus riquísimos mojitos por 2 CUC en su tranquilo porche, o comprar café o tabaco de su finca (todo a precios muy razonables). Nosotros visitamos una cueva en su misma finca y después nos tomamos un mojito mientras charlábamos con una pareja de alemanes que también acabaron allí por casualidad. Sin duda la finca de Raúl Reyes es una visita obligada en Viñales

El día siguiente lo pasamos en Cayo Jutías, el taxi compartido nos costó 15 CUC por persona, y allí pasamos un día de playa y relax, además comimos bastante bien y a mejor precio que en Viñales. Eso sí, la playa no es gran cosa si ya has estado en playas bonitas del Caribe, agua turquesa pero turbia, la zona de arena es pequeña, bastantes algas, y los alrededores no estabas muy limpios (digamos que los locales no cuidan mucho su naturaleza, pero eso también pasa en muchos otros países), además aún siendo temporada baja llegaron bastantes turistas a lo largo del día. 

Cayo Jutías, bonito pero nada espectacular si ya has visto otras playas del Caribe. 

Nuestro plan era irnos al día siguiente, y habíamos quedado con un taxista para ir a Varadero, negociamos un precio según unas condiciones pero cuando se presentó por la mañana parece que ya se había olvidado de lo que acordamos (esto es bastante típico), así que a última hora decidimos quedarnos otro día en Viñales, donde habíamos estado tan cómodos, en gran parte por estar en casa de Alba con su familia (no os imagináis la ilusión que le hizo que nos quedáramos un día más), de los mejores momentos del día eran las noches en el porche charlando y contándonos cosas sobre Cuba, sobre el estado, su vida allí, su familia, sus limitaciones, sus sueños... Ese día Anelis (su hija) nos invitó a comer y el día se pasó rapidísimo con ella, su hijo, su cuñada y su hija, y la propia Alba y Galindo. Como siempre en nuestros viajes, la diferencia la marcan las personas, no los lugares.

Tam ayudando a dibujar a Erika, una de las nietas de Alba. 

A última hora del día volvimos a la finca de Raúl a tomarnos un mojito y a pasear, y conocimos a unos vascos y estuvimos otro rato contándonos aventurillas. Aunque para aventura la que vivimos para volver a casa, empezó a diluviar y tuvimos que bajar caminando entre barro y el riachuelo que la lluvia formaba, pero fue realmente divertido.

Una vez en casa, nos duchamos y salimos a cenar con Anelis, su marido y Erika (una nieta de Alba, una auténtica monada). Nos llevaron en un Chevrolet de los 50 (nuestra primera vez!) a un paladar a las afueras de Viñales (en Viñales solo hay sitios para turistas), y nos comimos unas pizzas riquísimas y muy baratas, pasamos un rato genial.

Y así, casi sin darnos cuenta pasaron 5 días y 4 noches en Viñales, un bonito pueblo con muchas cosas que hacer a su alrededor, pero no lo recordaremos por eso, lo recordaremos por haber convivido con Alba y su familia y haber conocido un poquito más la auténtica Cuba.

Esta es la calle sin asfaltar donde estaba casa de Alba, una zona muy tranquila de Viñales. 

Erika con su cara de pilla, así en el patio con magníficas vistas pasábamos las tardes charlando con la familia. 

Datos útiles

Información y consejos que te ayudarán a planificar tu viaje.

Visitamos Viñales en Octubre de 2015.

Recuerda que 25 MN (moneda nacional o peso cubano) equivalen a 1 CUC (peso convertible), que a su vez equivale a 1$.

Alrededor de la plaza principal es donde más te moverás en Viñales (tours, restaurantes, buses, tiendas...), en la plaza por cierto te puedes conectar a internet a través de las tarjetas Nauta que puedes comprar en Etecsa (a 2 minutos de la plaza, en una calle perpendicular a la calle principal).

Viñales es un pueblo muy pequeño pero muy turístico. Hay que tener cuidado con los jineteros (personas que buscan a turistas y se llevan comisiones del 50-70%), si vas sin alojamiento pregunta siempre si la persona que te ofrece la casa es la misma dueña. Y si haces algún tour evita comprar donde tu guía te recomiende.

¿Dónde dormir en Viñales?

Te recomiendo la casa particular de Galindo y Alba (calle A, casa 7, aquí puedes ver su dirección en GoogleMaps), su familia te hará sentir como en casa, y Alba te tratará genial, te aconsejará y te hará comida deliciosa (no te vayas sin probar su ropa vieja). Además conocerás más de cerca cómo viven y podrás charlar con ellos. Recuerdo con mucho cariño las conversaciones en su porche antes de dormir.

Puedes contactar con Alba llamando al ‭+53 48684129‬ o escribiendo al mail anelis.galindo@nauta.cu, o simplemente al llegar a Viñales pregunta a algún local cómo llegar y te guiará sin problemas.

De todos modos te recomiendo que vayas a Viñales sin alojamiento, allí hay muchísimas casas particulares y ni en temporada alta se llenan todas.

¿Dónde comer en Viñales?

En general todo carísimo comparado con La Habana, incluso las tiendas para comprar comida o bebida, además es muy raro porque hay bastantes restaurantes con comida española. Yo te recomiendo unos cuantos: La Cabaña (un poco escondido, pero con buena comida, trabajadores amables y un ambientazo increíble), El Olivo (carísimo, pero todo el mundo lo recomienda, nosotros no fuimos), El Gallito, con precios razonables y comida rica o Las Brisas si quieres comer lo más barato posible (el único en el que puedes pedir pagar en moneda nacional), aunque la calidad no es muy buena.

¿Qué hacer en Viñales?

En la calle principal hay un par de agencias, ahí puedes contratar un día en Cayo Jutía (15 CUC/persona) o Cayo Levisa (29 o 35 CUC/persona, dependiendo de si incluye comida o no), un tour en coche por los principales sitios turísticos de la zona (6 CUC), paseos a caballo (entre 3-5 CUC/hora), alquilar una bici (alquiler 1 CUC/hora), etc.

En los alrededores de Viñales hay mucha naturaleza que ver; plantaciones de tabaco, pozas naturales, mogotes, valles o cuevas como La Cueva del Indio, también puedes ir por tu cuenta a conocer los alrededores. No te puedes perder la finca de Raúl Reyes, se llega caminando por la calle Adela Azcuy (norte), caminando unos 10 minutos cuando empieza el camino de tierra la encuentras a mano izquierda.

En Viñales puedes tomar un mojito en el bar-restaurante 3J (probablemente el sitio más chic del pueblo) o bailar con los cubanos en El Colonial (ambos en la calle principal).


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